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Debo Asistir en la Semana

por Bobby Dockery

Su Secreto

Una anciana terriblemente incapacitada por la artritis maniobraba con muletas dolorosamente para llegar al servicio de la iglesia. Significaba para ella un gran esfuerzo. Uno le preguntó cómo lo hacía y ella contestó, "Mi corazón llega primero y mis piernas lo siguen".

Menos de la mitad

Menos de la mitad de los que asisten los domingos regresan para otro culto o estudio bíblico en la semana. Esta estadística es la medida de una tragedia. Hay muchas razones excelentes para asistir regularmente tanto los domingos como en la semana. Aquí presentamos doce:

Cristo está allí

"Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18:20). Si amamos a Jesús, es natural que deseemos estar dónde El está.

Hallamos paz

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Fil. 4:7).

Jesús abre nuestro entendimiento

Jesús abre nuestro entendimiento. "Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras" (Luc. 24:45).

Somos estimulados

"Y considerémonos unos a otros para estimulamos al amor y a las buenas obras;" (Heb. 10:24).

Alimentamos nuestra fe

"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Rom. 10: 17).

Evitamos que se nos enfríe el amor

"Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará (Mat. 24:12). Solos nos desanimamos y nos enfriamos.

Sentimos hambre y sed de justicia

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mat. 5:6).

Tenemos que criar nuestros hijos en el Señor.

"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor" (Efé. 6:4). Por lo general, los hijos siguen el ejemplo de los padres.

Primero son las cosas de Dios

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mat. 6:33).

Recibimos sabiduría, enseñanza y exhortación cuando cantamos

"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Col. 316).

Necesitamos orar

"Orad sin cesar" (1 Tes. 5:17).

Ayudamos a Jesús

"El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama" (Mat. 12:30).

Recordando el ejemplo de la anciana con artritis, es posible que nuestro problema no sea tanto de asistencia, sino de corazón.