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El Bautismo Aprobado por Dios

por Monroe E. Hawley

Jesús dijo:

"Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" (Mateo 16:26). Cualquier tema que se refiera a la salvación de nuestra más importante posesión - el alma - necesita un estudio cuidadoso. Puesto que Jesús también dijo: El que creyere y fuere bautizado será salvo", el bautismo en agua es un tema importante. En esta lección nuestro objetivo es determinar el lugar que el bautismo ocupa en el Nuevo Testamento en vez de examinar su uso moderno. Trataremos de contestar estas preguntas:

1. ¿Qué método del bautismo?
2- ¿Qué era el propósito del bautismo?
3- ¿Quiénes fueron bautizados?
4- ¿Bajo qué nombre fueron bautizados?

El Bautismo en Agua

Primero, sin embargo, note que el bautismo en agua no debe ser confundido con el bautismo del Espíritu Santo, el cual examinaremos en otra clase. Excepto por las seis veces que se menciona el bautismo del Espíritu Santo. Casi todas las escrituras que mencionan la palabra bautizar o bautismo son para referirse al bautismo en agua.

El Método

Un asunto importante es determinar si la inmersión, la aspersión o el derramamiento, o los tres, son autorizados por la Biblia. Casi todos los eruditos del griego concuerdan en que la palabra bautizar que emplea el Nuevo Testamento significa hundir o sumergir. Si ellos tienen razón, esto puede determinarse por los usos de la palabra en el Nuevo Testamento. La primera persona en bautizar, en los tiempos del Nuevo Testamento, fue Juan el Bautista. De él se dice: "Juan bautizaba también en Enon, junto a Salim, porque había allí muchas aguas" (Juan 3:23). Estamos seguros que Juan sumergió, puesto que ni el rociamiento ni el derramamiento requieren mucha agua. Sin embargo la inmersión la necesita. También leemos: "Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua" (Mateo 3:16). Y cuando subió del agua vio los cielos abiertos" (Marcos 1:10). Si Jesús no hubiera bajado al agua tampoco hubiera subido. Además él no habría tenido que meterse en el Río Jordán hasta la cintura, si no hubiera sido bautizado por inmersión. Todo indica que Jesús fue sumergido.

Se nos ha dicho acerca de la conversión del etíope: Y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua el Espíritu arrebató a Felipe" (Hechos 8:38-39). Esto demuestra claramente que el eunuco fue sumergido.

Pablo identifica el agua del bautismo con una sepultura. "Porque somos sepultados juntamente con él en el bautismo" (Romanos 6:4). "Sepultados con él en el bautismo" (Colosenses 2:12). Solamente la inmersión puede llamarse sepultura. ¿Se usaron la aspersión y el derramamiento en los días apostólicos? Un cuidadoso estudio del Nuevo Testamento nos mostrará que ni el derramamiento ni la aspersión se mencionan en las Escrituras. Ni fue empleado ni autorizado por los apóstoles.

El Propósito

Los que se bautizaron en tiempos apostólicos fueron sumergidos para la remisión o perdón de pecados. "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). "Levántate y bautízate y lava tus pecados" (Hechos 22:16). Puesto que no podemos ser salvos sin el perdón de los pecados, se concluye que el bautismo se hace necesario para la salvación. Así leemos: " El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva" (1 Pedro 3:21).

Pero ¿por qué nos salva el bautismo? Nos salva porque nos pone en Cristo de quien obtenemos el perdón a través de su sangre. Pablo habla de "la redención que es Cristo Jesús" (Romanos 3:24). El también enseña : "porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gálatas 3:27). "¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?" (Romanos 6:3). De ahí que no podemos ser salvos si no estamos en Cristo, de quien alcanzamos eterna redención por su sangre; y no podemos estar en Cristo sin el bautismo.

También debemos concluir que el perdón de pecados nunca precedió al bautismo. El perdón de pecados es resultado directo del bautismo. El bautismo es el acto por el cual uno llega a ser cristiano.

Los Candidatos

Se pregunta a veces si la Biblia autoriza el bautismo de infantes o de adultos. Lo que se enseña es el bautismo de creyentes. Jesús dice: "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). En Hechos 18:8 leemos: "Y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados". No tenemos mandamiento para bautizar a los que carecen de facultad para creer. Además los que se deben bautizar han de ser enseñados. En la gran comisión Jesús dice: "Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos ..."(Mateo 28:19). Otra vez, el arrepentimiento es un requisito para el bautismo: "Arrepentíos y bautícese ..."(Hechos 2:38). El que no ha pecado no tiene que arrepentirse; por lo tanto, tampoco se le manda ser bautizado.

Un infante que no cree, que no puede ser enseñado y que no puede arrepentirse no es candidato para el bautismo. Además, no puede ser bautizado para la remisión de pecados porque no tiene pecados que deban ser remitidos. No hay ningún pasaje en la biblia que mencione el bautismo de infantes. Los defensores del bautismo de infantes citan Mateo 19:14 como autoridad. Este pasaje dice: "Dejad a los niños venir a mí , y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Claro que Jesús aquí no se está refiriendo al bautismo. Además los mencionados podían venir a el. Ciertamente él no dice, traigan los niñitos para que sean bautizados. Un niño pequeño no llega a ser consciente del cielo sino hasta que empiece a tener conciencia del pecado.

En Cuál Nombre

En la gran comisión Jesús dice: "Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Puesto que éstas son las palabras del Señor, no podemos estar equivocados cuando bautizamos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. En Hechos 2:38, Pedro mandó bautizar en el nombre de Jesucristo. La expresión "en el nombre de..." a menudo significa "por la autoridad de..." Un policía que grita a un criminal fugitivo: "¡Deténgase en nombre de la ley!", le quiere ordenar lo mismo que: ¡Deténgase por la autoridad de la ley!" Cuando uno es bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es bautizado en el nombre de Jesús o por su autoridad, puesto que Jesús mismo fue quien dio el mandamiento.

Cuando ocurren cambios en tales aspectos resulta muy peligroso. Si deseamos una casa celestial debemos ajustarnos a sus mandamientos.