Lección 24

COMO PROCURAR LOS DONES

Después de haber estudiado los dones espirituales en la iglesia primitiva afirmamos que el tiempo de los dones ya ha pasado. Aunque sea, para muchos, una declaración chocante, es la verdad - una verdad sostenida por numerosas pruebas irrefutables.

(1) Efesios 4:7-13 y 1 Cor. 13:8-13 enseñan que los dones cesarían al fin de la edad apostólica, o sea, al fin del primer siglo.

(2) Hechos 8:14-18 explica que solamente los apóstoles tenían el poder de impartir el Espíritu por medio de la imposición de manos.

(3) Judas 3 declara que la fe fue "una vez dada a los santos." Los dones fueron usados para revelar esa fe. Pues al ser revelada la fe, los dones cumplieron con su propósito y fueron quitados.

(4) Marcos 16:20 y Hebreos 2:4 enseñan que Dios dio los dones para confirmar la divinidad del evangelio. El evangelio ya ha sido confirmado mediante los milagros y prodigios del primer siglo. No es preciso seguir confirmando lo que ya ha sido confirmado. Pues, no es necesario que los dones siguieran.

(5) 2 Cor. 5:7; Juan 20:29-31 y Mateo 16:4 nos enseñan a andar por fe, a creer sin ver, sin palpar, y que una generación perversa demanda señales.

(6) Rom. 10:17 dice que la fe que salva "viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios." No viene por señales y prodigios. A todas estas pruebas hay que añadir otra que es definitiva.

(7) En la actualidad, los dones han cesado, viéndose hoy día nada más que señales ficticias y prodigios mentirosos.

El texto que analizamos ahora es Hechos 8:14-18 donde vamos a considerar el hecho de que el Espíritu Santo se daba mediante la imposición de las manos de los apóstoles. Según el texto, ninguno sino los apóstoles podía dar dones a otros miembros de la iglesia. Escudriñemos el pasaje. El versículo 5 relata que Felipe descendió a la ciudad de Samaria para predicar el evangelio. Ahí, "la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacia." Felipe tenía dones sobrenaturales. El 7 nos dice que "de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. Según el versículo 12 los samaritanos creyeron y se bautizaron.

Ahora, llegamos a la parte interesante. Los samaritanos creyeron y se bautizaron. Se salvaron y fueron añadidos a la iglesia. Nacieron del agua y del Espíritu (Juan 3:1-7); esto sabemos porque ninguno que no lo hace puede entrar en el reino y éstos habían entrado en el reino. Sin embargo no habían recibido dones espirituales. Felipe, pese a que podía hacer señales y prodigios, no podía dar el Espíritu Santo a los que aceptaron el mensaje que él predicaba. Los versículos 14 a 18 lo dicen claramente. "Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ello, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero."

Nótese lo que dice el versículo 16, "Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos ..." Felipe no los había dado el Espíritu. No podía dárselo. El versículo 18 enseña que podían recibirlo solamente por la imposición de las manos de los apóstoles, ese grupo único de líderes que Cristo escogió para dirigir la obra importantísima del establecimiento de la iglesia en la tierra. A los apóstoles les fueron dados derechos y poderes que los demás miembros no poseían. Recibieron las llaves del reino. Ataron y desataron. Mat. 18:18. Remitieron y retuvieron pecados (Juan 20:21-23). También impartieron el Espíritu Santo. Ningún otro pudo hacerlo. Era un derecho dado exclusivamente a los apóstoles. Cuando los 13 apóstoles murieron no quedó en la tierra hombre alguno que pudiera dar el Espíritu Santo por la imposición de manos.

La historia de la iglesia primitiva no habla de nadie sino de los apóstoles que diera el Espíritu Santo por la imposición de manos. Considere, además del caso de los samaritanos, los ejemplos siguientes:

(1) Hechos 19:17: Los 12 hombres de Efeso que fueron bautizados en el bautismo de Juan el Bautista. Dicen los versículos 5-6, "Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndolos impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban." ¿Cuándo recibieron los dones? No al bautizarse en agua sino cuando Pablo les impuso las manos. Pablo era un apóstol.

(2) Por la imposición de las manos del mismo apóstol Pablo, Timoteo recibió un don espiritual (2 Tim. 1: 6).

(3) En Rom. 1: 11 Pablo habla de comunicar a la congregación en Roma "algún don espiritual."

Para el entendimiento correcto de este tema es preciso analizar otro factor de importancia. Parece cierto que Dios, Cristo, y el Espíritu Santo convinieron en usar un solo método de impartir dones espirituales a la iglesia del primer siglo. Ese método era la imposición de las manos de los apóstoles. 1 Cor. 12:4-11 dice que el Espíritu Santo repartió dones, pero no dice cómo. Efesios 4:1 dice que Cristo dio dones a los hombres, pero tampoco dice cómo. Heb. 2:4 dice que Dios confirmó el evangelio con repartimientos del Espíritu Santo, pero no dice cómo repartió los dones. Hechos 8:14-18 si nos dice como fue dado el Espíritu Santo por la imposición de las manos de los apóstoles. 1 Cor. 12:31 y 14:1 hablan de procurar los dones y 1 Cor.14:13 habla de pedir en oración el don de interpretar lenguas. Tal vez algunos dirían que mediante estos textos hay prueba de que era posible obtener los dones sin recibir la imposición de manos de un apóstol. Tal conclusión no es justificada. Para procurar algo que Dios dispone, es necesario que sigamos las reglas fijadas por él. Podemos procurar nuestra salvación pero no a nuestro antojo sino obedeciendo las leyes divinas. Los de Corinto podían procurar los dones sí, pero de acuerdo con el plan de Dios para hacerlos disponibles por la imposición de las manos de los apóstoles. Asimismo, podían orar para recibir dones, dándose cuenta de que Dios contesta las oraciones de acuerdo con su propio deseo y plan. Si el plan de él era dar dones mediante los apóstoles, contestaría la oración de acuerdo con este plan, tal como contesta la oración del pecador penitente no dándole de inmediato la remisión de todo pecado sino enviándole un mensajero para que aprenda cómo salvarse.

Decimos, entonces, que a base del testimonio del Nuevo Testamento, los dones espirituales fueron dados solamente por la imposición de las manos de los apóstoles. Cuando éstos murieron, ya no había quién en la tierra impartiera el Espíritu Santo a otros. Cuando los que recibieron dones por la imposición de las manos de los apóstoles también murieron, no había quién en la tierra diera señales y prodigios mediante dones porque no había quiénes tuvieran dones. Todo esto salió según el plan de Dios. La iglesia maduró, recibió toda la verdad y de ahí en adelante no necesitaba los dones.

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