Lección 31

EL VACIO ESPIRITUAL

Tanto las revistas y los periódicos seculares como los de índole religiosa comentan, con frecuencia alarmante, sobre la presente disminución de interés en la religión. Los discípulos no concurren como antes a las reuniones de las iglesias; tampoco leen la Biblia mucho. Se habla de un vacío espiritual que muchos creyentes dicen sentir en el alma, alegando algunos que ya han perdido contacto con Dios o que nunca le conocían bien.

Sin lugar a dudas, este malestar espiritual ha sido producido, a lo menos en parte, por los sermones secos y enseñanzas desvariadas de predicadores que no han sabido proclamar el evangelio puro. Ahora, hay muchas almas enfermas que buscan con ahínco algún remedio eficaz. No pocos creen haberlo encontrado en la experiencia emocional, conmovedora e inolvidable cuya manifestación externa es casi siempre el hablar lenguas estáticas. Según los que han experimentado tales "encuentros con Dios", como suelen describirlos, se logra establecer una relación muy íntima con el Espíritu Santo, tanto que se reciben de él influencias y poderes sobrenaturales. Según muchos, esta experiencia emocional es esencial para el renacimiento del alma. El Dr. Erven en su libro titulado "Estos No Están Borrachos" afirma que "la verdad separada de la experiencia no es verdad." Esta es, en efecto, la tesis de todo el libro, y es, en realidad, la tesis de todos los que confían mas en sentimientos que en la Palabra Divina como criterio mediante el cual determinar la condición espiritual del alma. El autor del libro referido explica en el prólogo que un amigo suyo, comerciante cristiano, pronuncio este principio y dice que, al oírlo, se dio cuenta en seguida de que era como un revelación divina. "La verdad separada de la experiencia no es verdad." Es decir, la verdad se descubre por medio de las experiencias emocionales humanas.

A mí parecer, ese principio es patentemente erróneo y de ninguna manera podría ser una revelación divina, Apliquemos el principio y veremos por que no puede ser correcto. "Yo siento el poder de Dios en mi. Por lo tanto, la verdad incontrovertible es que Dios está en mí» ¿Es justificada la conclusión? El que sienta yo en mi alma algo diferente, un poder, un gozo, una paz, etc. no quiere decir necesariamente que Dios esté morando en mi. Las emociones de todo ser humano son inestables. A menudo, nos engañan. La experiencia emocional espiritual no tiene siempre su origen en el Espíritu Santo. Puede ser causada por otros poderes sociológicos o espirituales. En la lección anterior, nos referimos a los paganos observando que, cuando rinden cultos a sus dioses de madera, oro y plata, experimentan sentimientos fuertes y creen que éstos son producidos por el poder de sus dioses. La experiencia emocional de tales personas no se puede negar. Sin embargo, dicha experiencia no compone ninguna prueba de que tengan la verdad o que estén bien delante del Dios verdadero de los cielos. Sus experiencias son reales pero no concuerdan con la verdad de la Biblia y, por lo tanto, no podemos aceptar como evidencia del poder de Dios obrando en ellos.

De la misma manera razonamos que tampoco podemos aceptar como evidencia de la presencia del Espíritu Santo las experiencias emocionales de los que

hablan lenguas estáticas. No importa cuán gloriosas y poderosas sean esas experiencias, si no concuerdan con la Biblia no pueden ser de Dios. La experiencia espiritual emocional que da por resultado el desobedecer al Espíritu Santo de la Biblia no es de Dios. La verdad no se determina por los sentimientos y experiencias de los hombres. De ninguna manera. Al contrarío, hay que juzgar toda experiencia psíquica, emocional o espiritual a la luz de las Sagradas Escrituras y si no concuerdan las experiencias con la palabra divina, pues tenemos que aceptar el testimonio de la Biblia, no el de la experiencia emocional. No podemos decir: "Yo siento tal y tal cosa y por lo tanto estoy en lo correcto." No es lo que siento yo o sienta usted; es lo que dice la Biblia. Y si mí experiencia emocional contradice la Biblia, pues tengo que reexaminar mí experiencia. Aun más, tengo que controlar mis emociones obligando que mis sentimientos sean como los de Cristo y los apóstoles En nuestra búsqueda de Dios no podemos ir más allá de la verdad absoluta e irrefutable de las Escrituras. No le encontraremos en experiencias emocionales descontroladas de fanatismo y superstición porque nuestro Dios no es Dios de confusión ni tampoco es Dios de experiencias emocionales anormales. Al experimentar algún sentimiento tenemos que preguntar: "¿Es esto de Dios?" ¿Como podemos saber con certeza? Hay una sola manera. Tenemos que examinar no solamente nuestra doctrina sino también nuestras emociones a la luz de la Biblia. Las emociones y experiencias humanas no son la fuente de verdades divinas. Las experiencias emocionales, separadas de la verdad de Dios, pueden engañar fácilmente. Y es precisamente lo que ha pasado con muchos que están buscando un remedio para la enfermedad grave de sus almas. En vez de tanto emocionalismo y sensacionalismo, en vez de sesiones organizadas para hacer que los participantes pierdan el dominio propio cayendo en trances y estados de histerismo, en vez de hipnosis espiritual, lo que las almas necesitan es LA VERDAD, la pura verdad de la Biblia. Han oído un mensaje adulterado, uno que no ha curado nada. Un mensaje estéril que no ha saciado el hambre del alma. Un mensaje religio-político-socíal preparado para el hombre carnal no para el hombre de grandes necesidades espirituales. Ahora necesitan LA VERDAD. Cuando el creyente se llena de toda la verdad pura de la Biblia, y la sigue, tiene entonces la seguridad de salvación que ha estado buscando. Y, ese poder para vencer que quiere lo recibe también porque la verdad es poder. Y ese gozo, esa paz que anhela, Dios se la da. La verdad indestructible, la verdad eterna y segura de la Biblia, le provee todas estas bendiciones junto con muchas otras también. Entonces, querido lector, no confíe en experiencias emocionales de origen humano. Al aprender y poner en practica la verdad de la Biblia, tendrá todo lo que le hace falta y su vida espiritual será más rica que jamás haya imaginado.

La enseñanza que esta lección lleva se puede resumir como sigue: Cuando nuestros sentimientos y experiencias emocionales nos llevan a contradecir y desobedecer la palabra del Espíritu Santo tal como la tenemos en la Biblia, entonces hay prueba indisputable de que ya nos hemos alejado de Dios; prueba sí, de que nuestras emociones nos han engañado. Hoy día, hay corrientes fuertes de emocionalismo espiritual en casi todas las iglesias grandes y pequeñas del mundo. Sea advertido: Cuando los hombres se dejan guiar por emociones, sentimientos y experiencias caerán en muchas trampas y lazos del diablo. Creerán y confiarán más en sus experiencias propias humanas que en la palabra infalible de Dios. Un tal Ranaghan en su libro "Católicos Pentecostales" dice que la práctica de citar libros, capítulos y versículos para exponer y sostener doctrinas bíblicas ya no sirve en estos días del siglo 21. En realidad, su teoría es que la Biblia ya no sirve. Para él, como para otros miles y miles que piensan de igual manera, importan sólo las experiencias emocionales; importa sólo el encuentro con el "espíritu" mediante trances, hipnosis espiritual, autosugestión, etc. Preguntamos: ^¿Qué espíritu es ese que se encuentra cuando dejamos la Biblia para buscar a Dios mediante experiencias psíquicas? De cierto, les digo que no es el Espíritu Santo de Dios.

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