¿FRACASARA SU MATRIMONIO?

Anónimo

 

 ¡Es probable que su matrimonio fracase! Es lamentable, pero es la verdad. Hay más divorcios que bodas. Además, los estudios sobre la felicidad en el hogar revelan que muy pocas parejas están satisfechas con su matrimonio. Durante el noviazgo, uno siente que ha encontrado el cónyuge ideal. Todo es felicidad, fiesta, y sueños de un futuro fabuloso.

 Pero pocos meses después de casarse, se despierta y pregunta, "¿Dónde está aquella persona tan perfecta con quien me case?" Le parece que es otro el que ahora comparte su cama y hace insoportable su vida.

 Es cuando muchas parejas jóvenes suponen que los niños traerán la alegria que tanta falta hace. Pero el alivio que trae al nacimiento del primer hijo es demasiado breve. Los niños traen también otras dificultades. Exigen más dinero. Dejan menos tiempo libre. Cansados de largas noches sin sueño y el aumento en el trabajo hogareño que traen los niños, los padres anhelen el alivio del día cuando los niños irán a la escuela.

 Al fín, llega el día anhelado, y se aumentan los gastos. De la escuela los niños traen enfermedades que contagian a toda la familia. Mientras tanto, los que una vez fueron enamorados inseoarables, se están alejando cada vez más de la bendita unión matrimonial con la que soñaban durante su noviazgo.

 Los niños llegan a la temible etapa en su desarrollo que llamamos la adolecencia, cuando necesitan más que nunca el apoyo de un hogar estable. Pero sus pobres e infelices padres, sí es que no se han separado, se están gritando, "¡Ya no estoy felíz contigo! ¡No te soporto más!"

 Las buenas nuevas que le traemos es que no tiene que ser asi. Usted puede tener un matrimonio feliz. Dios creó al hogar para nuestra felicidad, no para atormentarnos. Hay un factor y solamente un factor que explica todos los problemas matrimoniales y al mismo tiempo ofrece la esperanza de soluciones: el factor espiritual.

 Es esencial que todos reconoscamos la diferencia fundamental entre el hombre sin Dios y el hombre espiritual. Es humillante y causa frustración, pero tenemos que reconocer que sin Dios, no podemos lograr la felicidad en el hogar. La Biblia lo dice de esta manera: "El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jeremias 10:23). "Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fín es camino de muerte" (Proverbios 14:12).

 Lo que muy pocas parejas toman en cuenta, es que la naturaleza humana es generalmente egoísta. Está centrada en sus propios deseos egoístas, Quiere lo que le gusta, cuando le gusta, y de la manera que le gusta. Casi todos reconocemos que el amor es la base fundamental del hogar. El problema es que en el hombre sin Dios, el amor está mal dirigido porque el ser humano tiene la tendencia de ser amador de sí mismo y de deleites egoístas (lea 2 Timoteo 3:2-4).

 La única solución para este problema fundamental, es una transformación total de actitud y de la manera de ser, tanto en el marido como también en la esposa. El "yo" egoista tiene que morir y una nueva persona tiene que nacer. ¿Cómo? Unicamente por medio del poder transformador de la cruz. Uno de los resultados maravillosos de la muerte de Jesucristo en la vida de una persona que recibe el pleno impacto del amor de Cristo es que ya no vive par sí, sino para aquel que murio y resucitó por ellos" (2 Corintios 5:14-15).

 Hay muchos otros principios que hay que aprender y practicar, y no queremos que piense que el cristiano nunca tenga problemas en su matrimonio. Pero, si no muere el hombre egoísta y sin Dios, y no hace de nuevo un hombre espiritual que ya no vive principalmente para sí, es probable que su matrimonio fracase. Queremos servirle. Nuestro deseo sencillo y sincero es compartir con usted los consejos divinos para el éxito en todo aspecto de su vida. No escuchará la sabiduría de un psicologo, ni de un consejero matrimonial; pero sí escuchará el poderoso mensaje de la cruz de Cristo que pueda transformar todavía su vida.