DE LOS 120
por D.S. de Alamo
Casi todos los "aleluyas" y los "neopentecostales" (protestantes y Católicos que dicen hablar lenguas extrañas) afirman que los 120 discípulos mencionados en Hechos 1:15 recibieron el bautismo del Espíritu Santo y hablaron lenguas en el día de Pentecostés.
Lamentamos estar en desacuerdo con los que así creen pues la Biblia nos enseña que fueron solamente los apóstoles los que hablaron lenguas extrañas en el día referido. Solamente ellos recibieron poderes sobrenaturales en aquel día. Al correr de los años, otros miembros de la iglesia primitiva recibieron dones espirituales, pero en aquel día de Pentecostés los apóstoles fueron los únicos en recibir dichos dones sobrenaturales del Espíritu. Considere esto:
1. Cuando vino el Espíritu Santo los que lo recibieron "estaban sentados" EN SU CASA. Hechos 2:2. "El cual llenó todo la casa donde estaban sentados". No estaban en el templo, ni en alguna plaza pública o calle. No se dice que estuviesen reunidos para rendirle culto a Dios. Era bastante temprano en la mañana de aquel gran día. Pedro empezó su discurso a eso de las nueve antemeridiano. Según Hechos 2:15 era "La hora tercera del día" debido a que usaban el método judaico de contar las horas. Para nosotros, era las nueve de la mañana. Ya antes de empezarlo mucho había sucedido: el Espíritu Santo había venido, la multitud se había juntado y los judíos "de todas las naciones bajo el cielo," habían oído el mensaje, en sus propias lenguas natales, "las maravillas de Dios" (Hechos 2:4-11). Deducimos que el Espíritu vino entre las 6.00 y las 8.30 de aquella mañana.
A esa hora, todos los apóstoles, es decir, los doce hombres de Galilea, se encontraban "sentados", "todos unánimes juntos", en su casa. Moraban en el "aposento alto" de una casa en Jerusalén (Hechos 1:13). Los 120 no vivían en el aposento alto sino solamente los apóstoles. "Subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo" (Hechos 1:13). Aun si la Biblia no lo dijera tan claramente, el sentido común nos llevaría a la conclusión de que 120 personas no cabrían en los altos de una casa y que 120 personas de ambos sexos no morarían juntos durante diez días (el intervalo de tiempo entre la ascensión de Cristo y la venida del Espíritu Santo) en el aposento alto. Moraban ahí los apóstoles, nadie más. Ahí, en su casa, se encontraban cuando, de repente, fueron llenos del Espíritu Santo - ellos, y no todos los 120.
Durante el período de diez días que transcurrió entre la ascensión y el día de Pentecostés, los apóstoles "perserveraban unánimes en oración y ruego con las mujeres" (Hechos 1: 14). Se reunían en el templo, no en el aposento alto. "Y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios" (Lucas 24:53). Cuando vino el Espíritu, los apóstoles no estaban en el templo con los 120. Estaban en su casa. Los demás discípulos no vivían en esa casa y no estaban presentes cuando vino el Espíritu. Por lo tanto, se sobreentiende que ellos no fueron llenos del Espíritu Santo.
Sea dicho de paso que los apóstoles no estaban de pie gritando, alborotando, dando palmeteadas y patadas, saltando y clamando a que Dios les diese el Espíritu. No había confusión y escándalo. No habían caído en un trance emotivo. ¡Estaban sentados en su casa!
2. Todos los que hablaron lenguas en el día de Pentecostés eran galileos. "Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan"? (Hechos 2:7). Todos los apóstoles eran galileos (Hechos 1:11). No se nos dice si todos los demás discípulos fuesen de Galilea. La observación de la multitud de que todos los que hablaban lenguas eran galileos es, a lo menos, prueba circunstancial de que solamente los apóstoles hablaban lenguas extrañas aquel día.
3. Si todos los 120 recibieron la medida sobrenatural del Espíritu en el día de Pentecostés, ¿por qué solamente los doce apóstoles se pusieron de pie para explicar los acontecimientos de aquel día? "Entonces, Pedro, poniéndose en pie con los once" (Hechos 2:14), no con los 120.
4. Si los 120 hablaron lenguas., ¿por qué los de la multitud que fueron compungidos de corazón al oír la verdad sobre Cristo se dirigieron exclusivamente a los apóstoles diciendo a Pedro y a los otros once: "Varones hermanos, ¿qué haremos"? (Hechos 2:37).
5. Si los 120 recibieron los mismos poderes sobrenaturales que recibieron los apóstoles, entonces los 120 hubieran sido iguales en poder y autoridad a los apóstoles. Pero sabemos que no tenían el mismo poder y autoridad. Pues, no recibieron la misma medida del Espíritu.
6. Si los 120 primero, y luego los 3.000, recibieron poderes sobrenaturales del Espíritu, ¿por qué dice Hechos 2:43 que "muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles"? Si todos los convertidos hablaron lenguas e hicieron señales, la Biblia nos diría que todos lo hicieron, no solamente los apóstoles.
7. Si todos hablaron lenguas e hicieron milagros, ¿por qué dice Hechos 5:12 que "por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo"? ¿Por qué "sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos"? Si había tantos miles de convertidos y todos recibieron el mismo poder que los apóstoles recibieron en el día de Pentecostés, ¿por qué no entraron en todas las casas de la ciudad sanando a todos los enfermos y hablando a todos en lenguas extrañas? ¿Por qué no salieron a otras ciudades sanando, hablando lenguas y dando testimonios para que así no tuvieran el trabajo de traer a Jerusalén a los atormentados por espíritus inmundos para que los apóstoles los sanasen? (Hechos 5:12-16).
8. Lucas, el autor de Hechos, explica que Cristo habló específicamente con los apóstoles cuando declaró que recibirían "poder" o "la promesa del Padre". "Hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido" (Hechos 1:2). Aunque otros estuviesen presentes cuando Cristo ascendió, los ángeles también hablaron directamente con las "varones galileos", los apóstoles. Así es que la promesa de dar poderes sobrenaturales fue cumplida primero en los apóstoles, luego, años después, en otros miembros de la iglesia. Con todo, éstos no recibieron la misma medida del Espíritu que recibieron los apóstoles.
La verdad es que, al principio, solamente los apóstoles hablaron lenguas extrañas (otros idiomas que podían hablar mediante el poder sobrenatural del Espíritu) e hicieron milagros.
La verdad es que el "don del Espíritu Santo" prometido a todos los obedientes en Hechos 2:38, 39 no es una medida sobrenatural del Espíritu. Todos reciben el don del Espíritu, mas no todos reciben los "dones", o sea, los poderes sobrenaturales.
Los primeros casos de discípulos que recibieron poderes sobrenaturales son los de los siete escogidos para desempeñar el papel de diáconos en la iglesia en Jerusalén (Hechos 6:1-8). Estos recibieron sus dones mediante la imposición de las manos de los apóstoles.
Después, muchos otros recibieron dones. Toda la verdad fue revelada y confirmada a través de los dones (Juan 16:13; Hechos 2:1-11). Entonces, los dones, habiendo servido su propósito, cesaron. 1 Corintios 12-14; Efesios 4:7-13 y Judas 3. El Espíritu Santo sigue trabajando en el mundo, en particular por medio de su palabra, el nuevo pacto, el cual es perfecto y completamente revelado. Además, el Espíritu Santo mora en cada creyente y se manifiesta en obras espirituales.
Los miembros de la iglesia de Cristo del siglo 20 estudiamos mucho la historia de la iglesia primitiva. No queremos ser culpables de hacer declaraciones erróneas sobre la obra del Espíritu en la iglesia del primer siglo. El espíritu que guía a los pentecostales modernos ignora muchas verdades sobre esa obra y, a menudo, desmiente el relato divino de dónde, cuándo y cómo fue establecida la iglesia. Lector, le rogamos que no siga a ese espíritu turbado que no edifica con la verdad sino que engaña con experiencias, testimonios, señales mentirosas y un emocionalismo carnal que le llaman "el gozo". Mas vale un poquito de la verdad pura de la Biblia que todas las experiencias, sueños y visiones de todos los pentecostales en el mundo entero.
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