PROBLEMAS CON LOS PADRES

por Elmer N. Dunlap Rouse

INTRODUCCION

Hasta cierto punto, la discordia entre padres e hijos es normal y es de esperarse ya que existe diferencias de edades, de experiencia (los jóvenes tienen menos experiencia) y de punto de vista. Existe la discordia porque los hijos son menores y los padres tienen la última palabra (la familia no es una democracia sino un sistema totalitario). Los adolescentes están en transición, no siendo ni niños ni adultos. Tienen el cuerpo de adulto pero les falta la madurez que viene con la experiencia. La discordia también puede venir por influencias fuera del hogar, como por ejemplo los compañeros de escuela que tienen padres más liberales.

I. LO QUE LOS JOVENES QUIEREN DE LOS PADRES

A. Libertad. Quieren más independencia, pero la independencia solo puede obsequiarse a personas maduras. Los padres siempre están observando a sus hijos para así calcular la cantidad de independencia que se los puede dar. Observan cosas tales como su habilidad de aceptar decisiones contrarias, las notas de la escuela, la autodisciplina, el cumplimiento de compromisos, el buen sentido de proteger la salud y de mantener su área limpia. Todos estas cosas son señales de madurez e indican cuándo es tiempo para darle más libertad.

B. Confianza. ¿Puede el hijo llegar a casa a la hora establecida? ¿Es voluntario en compartir sus experiencias o siempre está escondiendo de su padres lo qué hacía? ¿Cómo puede un hijo demostrar la madurez suficiente para que se le preste el carro?

C. Intimidad. Un joven debe de tener su propio cuarto y un lugar seguro para sus cosas pero al mismo tiempo debe de respetar la intimidad de sus padres y no cogerles a ellos las cosas sin pedirles.

 

II. LO QUE LOS PADRES ESPERAN DE LOS HIJOS

A. Buenas notas en la escuela. Por experiencia los padres conocen el valor de la preparación académica.

B. Cooperación en los quehaceres del hogar.

C. Honra. (Ef. 6:2; Prov. 30:17; Exo. 21:17; Lev. 20:9)

D. Obediencia (Col. 3:20; Ef. 6:1; Deut. 21:18; Rom. 1:30; 2 Tim. 3:2).

E. Perdón No es correcto guardarles rencor cuando se equivocan o no cumplen sus promesas (1 Cor. 13:5).

F. Una actitud dócil. (Prov. 1:8-9)

 

III. RECONOCER A LOS PADRES

A. Los padres estrictos son una bendición para los hijos, aunque éstos no tienen la madurez para reconocerlo. Es una demostración de amor prever y proteger a los hijos, siempre y cuando se toma en cuenta la madurez de dichos hijos.

B. Los hijos deben de darles la oportunidad de aconsejarlos, ya que son sus mejores amigos, desinteresados y los más sinceros que puedan tener los hijos (Prov. 4:1-4; 31:1-9).

C. Los hijos deben de aceptar la adolescencia como un tiempo para crecer, explorar y prepararse sin tener que cargar con las responsabilidades de la vida. Es la mejor parte de la vida. Deben de gozarla (Ecc. 11:9-10) No vale la pena pasar estos años tan bonitos peleando y luchando con los padres por cosas insignificantes (Luc. 2:51-52), sino aprender a negociar con los padres en vez de exigir lo que uno quiere. Hay que comprenderlos.

C. Uno debe de ser agradecido a Dios quien se los dio y amarlos porque no los va a tener para siempre.

©1993